lunes, 28 de junio de 2010

Máximo Leoz se exilió a Francia y regresó en 1952

Diario de Noticias, 15-12-2002
Máximo Leoz es uno de los pocos testimonios en vida que retiene en su memoria los avatares sufridos desde 1936. Fue uno más de los que huyeron de la represión cuando los Pirineos constituían la única frontera permeable. Un testimonio que muestra el factor humano del exilio durante la Guerra Civil, una historia que ilumina el rostro de un hombre que casi no ve ni oye, y que es hoy, entre sus compañeros de una residencia de ancianos, uno de los más queridos. Nació en 1900 y a sus 102 años recuerda los mejores y peores años de su vida con una lucidez asombrosa. La lectura ha sido uno de sus puntos de apoyo, al igual que confiesa que "comer todos los días algún alimento crudo" es su secreto para vivir tantos años.

Fue uno de los ocho hermanos de una humilde familia casedana. Su espíritu transgresor ya apuntaba maneras cuando a los 20 años se fue a Cuba para evitar un servicio militar tras el que le esperaban "tres años en Marruecos donde estaban matando a los españoles". De ideología anarquista, se afilió a la UGT por ser el Centro Obrero existente más afín a su ideología e impulsó la CNT de Cáseda coincidiendo con el inicio de las obras del Canal. "No teníamos ideología concreta, defendíamos a trabajadores, a los pobres, éramos hombres de izquierda", enfatiza.


Nieve y hambre


Máximo no puede olvidar que todos aquellos que defendieron el reparto de la tierra desaparecieron. Tras el alzamiento militar, él y su hermano Bruno permanecieron escondidos en casa de unos amigos del pueblo durante cuatro meses albergando la esperanza de que la guerra acabaría pronto. "Sin embargo vimos que la guerra continuaba y que estábamos poniendo en peligro a las personas que nos estaban dando cobijo por lo que decidimos escapar a Francia". Una noche abandonaron la casa. La odisea era arriesgada teniendo en cuenta que su estado físico no era el mejor; habían estado cuatro meses sin trabajar y bien alimentados...

La ocupación militar de los puentes y accesos les obligó a atravesar a nado el río Aragón, y refugiarse en escondrijos. Pasaron mil penurias y permanecieron sin dormir. Destacan los cinco días en los que no tuvieron nada que comer o la nevada de 25 centímetros que les retuvo en la frontera una fría mañana de noviembre. Un mapa que marcaba los montes del Pirineo pero no recogía los pueblos sirvió de guía durante su travesía hasta San Jean de Pie de Port. En un caserío encontraron a unos pastores de Jaurrieta que les ofrecieron mantel y comida. "Nos advirtieron que andaban los requetés y falangistas, así que volvimos escopeteados al monte". Máximo se ha topado, dice, con gente "buena y mala" a lo largo de su vida, y esa percepción no ha tenido que ver con las relaciones vividas sino con pequeños detalles. Una vez que pisaron suelo francés, encontraron un caserío donde el patrón se empeñó en limpiar con sus propias manos los zapatos que llevaban de barro. "Eran pastores, dijimos que pertenecíamos a un partido independiente y que no queríamos ir a la guerra". Siempre con pies de plomo.

En Francia poseían la dirección de una prima que se había casado con un francés en Marsella. Carecían de papeles y "en Francia no nos dejaban estar, así que pensamos en ir a Barcelona donde estaban los de izquierda y trabajaban muchos casedanos antes incluso de la guerra". Durante la guerra trabajaron en una fábrica de metalurgia, pero acabada la contienda se vieron obligados a regresar a Francia. Los franceses miraban con desconfianza a los españoles, opinión que cambió cuando la barbarie del fascismo les alcanzó a ellos y los españoles, curtidos en tres años de guerra, se convirtieron en una ayuda inestimable para montar y reorganizar la Resistencia. Los Leoz fueron a parar a un campo de concentración de Bran Aude donde los gendarmes les plantearon la disyuntiva de volver a España o servir a la Legión Extranjera. En este caso la suerte estuvo de su parte porque la maquinaria bélica de la Segunda Guerra Mundial exigía mano de obra para trabajar "y se vieron obligados a echar mano de nosotros". Su hermano murió durante un bombardeo alemán mientras esperaba su turno para trabajar en un comedor infantil. Leía el periódico cuando la aviación nazi atacó la ciudad. Él trabajaba entonces en una fábrica de alambres, también en Marsella. Allí se instaló trece años. La vida de los exiliados españoles no dejó de ser una continua decepción. Lo sería cuando los aliados dieron la espalda a España y dejaron que Mussolini y Hitler dieran su apoyo al fascismo.

Pero su estilo inclaudicable y libérrimo pronto le llevaría a enfrentar nuevas vicisitudes. En 1952 planteó con éxito ante el cónsul español la posibilidad de regresar a España. Su retorno a Cáseda en 1952 tenía como condición presentarse todas las semanas en el cuartel de la Guardia Civil e ir a misa todos los domingos, además de la expresa prohibición de hablar con el resto de compañeros. "Lo primero que hice el primer domingo fue juntarme con ellos y pasearme delante del sargento de la Guardia Civil. Podía regresar a Francia si era necesario". A través de un amigo consiguió trabajo para Telefónica en Elizondo antes de volver al campo en Cáseda con su hermano mayor. Tuvo una hija (le ha dado cinco nietos) con su mujer a la que conoció en Barcelona. "Pensamos en casarnos cuando acabase la guerra pero murió". La sociedad ha cambiado de luchas. "Ahora viven mejor que nunca, han puesto una fábrica en Cáseda, Viscofán, ganan más de 200.000 pesetas y todos tienen buenos coches...". Y es que a Leoz se le escapa la crítica a esta sociedad consumista que le ha tocado vivir y que además relega a los abuelos a un segundo plano. "Antes los viejos morían en casa y jugando con los nietos... hoy no hay ese cariño que había con la familia".

El Comunal de Cáseda

Diario de Noticias, 15-12-2002 
 "Ceder un trozo de tierra para poner una patata". Así resume Andresa el detonante de los trágicos acontecimientos que se sucedieron antes incluso de que estallara la guerra. Un pueblo donde apenas existía propiedad y la mayor parte de los terrenos eran comunales. Hoy algunos han escriturado esas tierras, otros comunales todavía existen, pero no ha cambiado la estructura del suelo según estos vecinos. Los más pudientes explotaban los comunales en proporción a sus medios, subrayan.

Fue a finales del siglo XIX y principios del XX, al amparo de unas Ordenanzas Municipales, cuando se roturan grandes extensiones de comunal por los particulares. En 1913 un 8% de los vecinos cultiva un 40% del patrimonio comunal. Esta situación de desigualdad, según recoge la publicación de Altaffaylla Navarra 1936, hace que una parte de las clases más necesitadas opten por la emigración a América, mientras que la otra empieza a plantear "la lucha por el reparto del comunal". En 1924 se consigue que el terreno comunal figure en la hoja del Catastro del Ayuntamiento y en 1925 comienza el deslinde que "constituye un auténtico fracaso debido al ocultamiento y obstruccionismo de los particulares, a la interesada pasividad del Ayuntamiento y a la falta de voluntad política de la Diputación. Con la proclamación de la República y la entrada al gobierno local de una candidatura de izquierdas, la Diputación ordena que se reanuden los trámites del deslinde lo que se lleva a cabo con "notables dificultades". En 1931, "ante la gran necesidad de los jornaleros que no son empleados por los ricos como represalia política, se rotura una parte del terreno comunal y se reparte entre los más pobres". Andresa recuerda que después del reparto de la fincas y del cultivo de éstas, en su mayoría cereal, se produjo antes de la siembra un acto de "provocación" (disparos con una escopeta) por parte de los "ricos" que acabó en un enfrentamiento y la "lamentable" muerte de uno de ellos (los poseedores). "Desde entonces hubieran matado al pueblo entero", recuerda. Los cinco responsables fueron detenidos y encarcelados pero tras la proclamación de la República consiguieron salir en libertad.

En 1933 finaliza el proceso de deslinde de once corralizas, las tierras son parceladas nuevamente y se reparten mediante sorteo entre los vecinos. Tras el acuerdo alcanzado entre el Gobierno Civil y el Ayuntamiento, antiguos y nuevos poseedores se reparten la cosecha de manera que el 40% recáe en los nuevos adjudicatarios y un 60% permanece en manos de los "antiguos poseedores". Sin embargo, este acuerdo no fue respetado por los antiguos dueños provocando nuevos disturbios.

La derecha acude con éxito a la vía judicial para recuperar sus posesiones y en octubre de 1934 se inicia una campaña represiva contra las organizaciones obreras que culminan con el cierre de la Casa del Pueblo y la disolución del Ayuntamiento. Caseda acogía por aquellos años a numerosos trabajadores forasteros llegados al pueblo para trabajar en las obras del Canal de las Bardenas, y se crea en el pueblo la CNT, en la que ingresan algunos vecinos, y que mantiene buenas relaciones con la UGT. En enero de 1936 retorna la izquierda al gobierno municipal y la UGT inicia nuevas gestiones para exigir la entrega de la tierra y el rescate de los comunales. En abril de 1936 se inicia una dura huelga de los trabajadores del Canal y el 1 de mayo se celebra una manifestación conjunta de UGT y CNT. Con el estallido de la guerra "salieron como leones a cazar a los pobres". "Uno cogía un palo, el otro una estaca, una pistola o la escopeta, los que pudieron pasar a Francia tuvieron suerte, al resto los cogieron tarde o temprano", indica Andresa. La mayoría huyó. Para los que quedaron, muerte o cárcel. Algunos fueron llevados a Zaragoza, otros al Fuerte San Cristóbal.

Andresa Goñi, viuda de Antero García, uno de los 43 asesinados del pueblo

Diario de Noticias, 15-12-2002 

El tiempo silenciado ha durado tantos años que les ha desgarrado por dentro. Por eso y para no sucumbir a la locura, para poder sobrevivir, para dignificar el pasado y su desmemoria uno necesita aferrarse a algo, a sus propios principios, a quienes los defendieron y, sobre todo, necesita transmitirlos. Y con orgullo. Uno que no es otro que el hijo, la mujer, el amigo... poco más. Los mismos que compartieron antes, durante y después la secuencia de la impunidad y el dolor, la omnipotencia del poder y el vacío de la historia. En ese orden.
"Están muertos y como si fueran perros". Andresa Goñi Esparza, una de las últimas viudas casedanas, no tiene la voz quebrada de una anciana de 92 años, su quejido es potente y su mirada rebelde pese a que, entre relatos, se desploma en llanto. La rabia mantiene sus labios apretados. Como si fuera ayer, como si 66 años que han pasado desde que fusilaron a su marido no hubieran conseguido dulcificar su carácter. "Desde los 26 años estoy rabiando. No deseo el mal a nadie pero he odiado a la gente y sigo sintiendo odio". ¿Para qué ha servido esa guerra?, pregunto. "¿Guerra o caza? Para tener odio y para no perdonar", sentencia. Encontrar los restos de aquellos hombres ajusticiados y darles sepultura es lo único que realmente ha reconfortado su espíritu. "Ante el mundo se les ha hecho un homenaje".
Su hija, de 72 años, madre de tres hijos y abuela de tres nietos, tenía cinco años cuando acribillaron a su padre un 4 de diciembre de 1936. Dos años después de perderlo recibió la primera Comunión vestida de negro y, en lugar de medalla, lucía en su pecho una fotografía de su padre. "Yo me quedé más conforme con éso porque ellos nos hacían no creer en nada", confiesa su madre con la misma dignidad y orgullo que le han mantenido viva tantos años. Es la segunda generación la que se ha enorgullecido de los perdedores: "Ante el mundo se les ha hecho un homenaje. Los hijos y nietos de aquellos luchadores conocen su historia para que la memoria viva, para que no se repita".

La iniciativa que han llevado a cabo los familiares de los fusilados en Navarra y que ha llegado hasta el Parlamento foral para su reconocimiento político "llega tarde, pero es positiva". "Desde que se instauró la democracia se tenía que haber dignificado a estas personas y condenar estos hechos. A los que murieron de la otra parte, desde luego no tantos, siempre se les ha reconocido y se les ha dejado recordarlos, pero no a los nuestros. Pasaron muchos años pero seguía siendo un tema tabú", señalan. Superada la Transición democrática, Pilar García Goñi emprendió la insegura y peligrosa tarea de encontrar los restos de su padre y de otros cuatro camaradas rojos (socialistas, republicanos, de la UGT y de la CNT) que, tras su detención durante la guerra, fueron encarcelados en Pamplona donde permanecieron durante cuatro meses antes de ser ajusticiados.
Pilar supo a través de diferentes testimonios que a su padre lo mataron en el paraje de Sengariz situado junto a la carretera a Sangüesa, si bien desconocía su emplazamiento concreto. La clave fue su visita a Izco. Gracias a la colaboración de un vecino mayor que le acompañó por caminos y campos consiguió llegar al lugar candidato. "Allí deposité unos claveles rojos de plástico y una tarjeta plastificada con mi dirección para que aquellas personas que buscaban pudieran ponerse en contacto conmigo. Y así fue porque dos vecinos de Mendavia y Cárcar terminaron allí, y nos pusimos de acuerdo para desenterrar los restos", relata Pilar. Su sorpresa fue descubrir que no eran cinco sino un total de 38 los hombres que acabaron sus días en aquel hoyo, procedentes de Cáseda, Mendavia, Cárcar y Andosilla. Sus familiares encargaron un panteón y organizaron un funeral el 10 de junio de 1979. Ejercer la libertad necesita la presencia del otro que la habilite y aquel acto fue "reconocer" que lo siniestro no puede ocultarse.

"Pusimos al panteón una paloma de la paz y un día la encontramos rota, creíamos que era algún chaval pero después de volverla a colocar con un pequeño atrio estaba tiroteada; no era una gamberrada. Se repuso, pero estoy segura que sus autores ni siquiera vivieron esa época sino que fueron los hijos a los que se les ha inducido ese odio", reflexiona Pilar. Tras aquel funeral, Pilar acudió a más de una veintena de pueblos para honrar a otros muertos. "Confraternizamos todos, hicimos cantidad de amistades y fue muy emocionante. Todos los muertos eran uno. A varios pueblos los socialistas acudieron e incluso en algunos con coronas de flores, pero en Cáseda no aparecieron y aquello me produjo una desilusión enorme", sostiene.

Su madre entendió entonces que los socialistas todavía tenían miedo a reunirse todos juntos, pero su hija rebate esta opinión al afirmar que Andresa todavía tiene el miedo "metido en el cuerpo". "Cuando me dijeron que mi marido había desaparecido se me ensanchó el cuerpo porque ya no me importaba lo que me pudiera pasar". Rechaza pese a todo ser una mujer de coraje y afirma que ha habido casos peores, mujeres que quedaron viudas con cinco y seis hijos, y "tuvieron que ir a trabajar a casa de los que les habían hecho el mal con buena amargura si querían dar de comer a sus hijos".


Postguerra


La postguerra fue dura. Se impuso la ley del silencio. "Cada uno vivía como podía pero nadie hablaba. Se vivió muchos años con miedo. La tierra se la quedaron en ellos y muchos la hicieron de su propiedad". "Mandaban los falanges y requetés y nosotros éramos los comunistas, los rojos, los malos", dice Andresa. La religión era además utilizada, mantienen, de forma interesada cuando, en realidad, "entre los fusilados había hombres que iban a misa todos los días, que rezaban el rosario... ".
Andresa sufrió además otro tipo de vejaciones como otras muchas mujeres. A catorce de ellas les cortaron el pelo al celo y las pasearon por las calles. "Las llevaban a misa con el pelo rapado después de haber fusilado a sus maridos", relata Pilar. A Andresa no se le olvidará mientras viva una misa mayor a la que les obligaron a asistir. "Fuimos con las cabezas cortadas, y había tres falanges a un lado y otros tres a otro con fusiles y las bayonetas caladas que brillaban como la plata. En ese momento sentí de todo corazón que si Dios existía de verdad, tenía que hundir la iglesia". Los mismos que iban a la novena de la Purísima, tras comulgar se reunían para "señalar a los que tenían que caer. Y decían que desde los siete años había que liquidarlos".

Dos concejales denuncian al alcalde de Cáseda por no convocar plenos ordinarios

Diario de Noticias, 20-04-2002 
Aunque 25 de los 26 plenos celebrados desde 1999 han sido extraordinarios, Jesús Antonio Esparza, de UPN, niega que se hayan vulnerado derechos constitucionales Los dos concejales de la candidatura municipal Izquierda de Cáseda han presentado una demanda ante la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Navarra contra el alcalde de la localidad, Jesús Antonio Esparza Iriarte (UPN), por no haber convocado ni un sólo pleno ordinario en toda la Legislatura. De hecho, la primera sesión de carácter ordinario tuvo lugar el 2 de abril, una vez los concejales Mariano Sola Lipuzkoa y César Abaurrea Rodrigo habían interpuesto la demanda (el 21 de marzo).

Hasta entonces, los 25 plenos celebrados por el Ayuntamiento de Cáseda habían sido extraordinarios, a pesar de que en la sesión constitutiva de la nueva Corporación tras las elecciones de 1999, el 3 de junio de ese año, se acordó, a propuesta del alcalde, celebrar un pleno ordinario cada tres meses (en principio, el primer jueves de cada trimestre, día que se cambió posteriormente, el 11 de abril de 2000, al primer martes). Esa periodicidad es la mínima que se recoge en el artículo 77 de la Ley Foral de Administración Local.

En las elecciones municipales de 1999, las Agrupación San Zoilo, próxima a UPN ( Esparza Iriarte es miembro del comité ejecutivo del partido regionalista) logró 7 concejales e IC, los dos restantes.

El artículo 23 de la Constitución


La demanda pide al TSJN que declare que "la inactividad" del alcalde "ha constituido una vulneración de los derechos de los concejales Sola y Abaurrea reconocidos en el artículo 23 de la Constitución". El artículo 23 señala que "los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o a través de representantes libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal". También indica que "asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos con los requisitos que señalan las leyes".

La versión de los concejales


Según recoge el relato de los hechos de los concejales demandantes, éstos requirieron en dos ocasiones, los plenos extraordinarios del 11 de abril y del 8 de agosto de 2000, que convocara las sesiones ordinarias con la periodicidad acordada por el propio Pleno del Ayuntamiento, "pero pese a tales requirimientos, el alcalde ha convocado siempre los plenos con carácter extraordinario, algo insólito en toda Navarra y seguramente en el conjunto del Estado".

Ante el reiterado incumplimiento del acuerdo del Pleno Constituyente, los dos concejales de IC presentan un escrito, el 15 de febrero de 2002, en el que solicitan al alcalde que procediera a convocar el pleno ordinario correspondiente al primer trimestre de 2002. La respuesta del alcalde fue negativa al entender que el pleno ordinario correspondiente a ese primer trimestre de 2002 debiera haberse celebrado en enero. No obstante, adelantó que convocaría un pleno ordinario el 2 de abril.

Para los demandantes, "la inactividad del alcalde a la hora de convocar plenos ordinarios, así como la negativa expresa a convocar el correspondiente al primer trimestre del año, constituyen una violación del derecho fundamental a participar en los asuntos públicos del que son titulares las personas elegidas para ejercer un cargo público". En este sentido, la demanda, que firma el abogado y ex parlamentario de HB Adolfo Araiz, cita jurisprudencia del Tribunal Supremo que considera "la no convocatoria de sesiones ordinarias como vulneración del derecho fundamental reconocido en el artículo 23 de la Constitución". Y califica la no convocatoria de plenos ordinarios como actuación "de mala fe" del alcalde, ya que "era consciente de la ilegalidad de su actuación y del perjuicio y vulneración del derecho fundamental a participar en asuntos públicos que suponía".

Los argumentos del alcalde


Esparza respondió a la demanda de los concejales de IC recordando que todos los plenos extraordinarios están convocados con el aval de siete de los nueve concejales de Cáseda y con el fundamento "de conseguir una mayor agilidad administrativa". En este sentido, señala que en 30 meses de funcionamientos, se han convocado 26 plenos, lo que demuestra, a su juicio, que se han convocado los plenos necesarios para atender las necesidades del Ayuntamiento" y considera la polémica como "una diferencia procedimental". "Esta medida se hace sin menoscabo alguno del derecho de participación del resto de los corporativos", afirma en su escrito ante el TSJN, un texto que firman también los seis compañeros de candidatura.

Así, mantiene que no ha habido conculcación de los derechos de los concejales de la oposición, ya que aunque al ser plenos extraordinarios no es obligatorio la inclusión de un apartado de ruegos y preguntas, "éste siempre ha sido incluido en el orden del día de los plenos, lo que garantiza a los concejales la posibilidad de interpelar al alcalde sobre los asuntos públicos municipales" (el escrito incluye actas de los plenos que recogen las intervenciones y preguntas de los concejales de IC).

Esparza mantiene que su decisión de "anular las convocatorias ordinarias y convocar extraordinarias está amparada por el artículo 78.3 de la Ley de Administración Local" y considera que "si ha habido un problema de fondo legal lo deberá decidir el TSJN". Además, insiste en que "más allá la cuestión procedimental, no ha habido vulneración de derechos, ya que las decisiones se han adoptado siempre de forma transparente, con el apoyo de siete concejales y atendiendo a razones y circunstancias de buscar la máxima eficacia". Por último, rechaza como argumento la jurisprudencia del Tribunal Supremo, "ya que los concejales demandantes hacen una interpretación espúrea de una sentencia sobre un alcalde que gobernaba en minoría y no convocó un sólo pleno durante más de un año", circunstancias que, a su juicio, no se dan en Cáseda.

Y parece que en nuestro pueblo no ocurrió nunca nada, Gure Ibaia

Gurelur denuncia al Consistorio de Cáseda por rellenar de tierra un barranco

Diario de Noticias, 27-12-2003 
Gurelur ha denunciado al Ayuntamiento de Cáseda ante la Confederación Hidrográfica del Ebro y ante el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra por rellenar con tierra el barranco de San Blas. El grupo ecologista solicita el inicio de un expediente sancionador y que obliguen al consistorio a la "inmediata" retirada de los depósitos y a la restitución ambiental. Concretamente, Gurelur denuncia el "negligente e ilegal" cubrimiento del barranco situado en la margen izquierda del río Aragón, situado a escasos metros del puente de acceso a la localidad de Cáseda. Según indica, el Ayuntamiento de Cáseda, sin los permisos correspondientes, está echando al mismo tierra procedente de unos terrenos situados a escasos metros del barranco en los que se van a construir viviendas. "Lo único que este Ayuntamiento ha podido enseñar es un proyecto de encauzamiento del barranco, no teniendo para ello permiso alguno de los organismos competentes. El único motivo de esta actuación es la eliminación de las tierras provenientes de la explanación de los citados terrenos y no problemas ligados a la existencia de este barranco", afirma Gurelur.

Califica lo ocurrido de "agresión ambiental y social". Ambiental porque supone "la desaparición de un espacio natural relevante para el ecosistema del río Aragón en esta zona y para el correcto funcionamiento de la recogida de las aguas de lluvia del lugar". Y social porque "puede suponer un peligro para las personas y para las instalaciones anejas al barranco.





Gurelur valora positivamente el rechazo a la hidroeléctrica de Cáseda

Diario de Noticias, 17-11-2003 
Gurelur valora positivamente el rechazo del departamento de Medio Ambiente a la construcción de una central hidroeléctrica en el río Aragón, a su paso por Cáseda, promovida por la empresa EHN. Este rechazo se fundamenta por los impactos adversos significativos sobre el medio ambiente que ocasionaría su construcción.

Gurelur presentó alegaciones contra esta central hidroeléctrica, ya que se pretendía construir en un espacio protegido del río Aragón. La central proyectada afectaría directamente por las obras, o indirectamente por la detracción del caudal y cambio en las condiciones ecológicas del río, al LIC (Lugar de Interés Comunitario)a los tramos bajos del Aragón y del Arga", afectando también al Enclave Natural Soto de Campo Allende. Este soto es uno de los mejores del río Aragón en su tramo navarro por su composición, diversidad, belleza y vitalidad. Estos espacios protegidos se verían fuertemente afectados por el paso del agua del río hacia el canal de la central, lo que produciría un descenso de caudal y de nivel freático que ocasionaría un cambio en la vegetación, que podría variar hacia una vegetación de tipo más secano, no existiendo ninguna posibilidad de recuperación de estos enclaves.

En este tramo del río existe una pequeña población de nutria, especie catalogada como en peligro de extindición según el Catálogo de Especies Amenazadas de Navarra. Su degradación supondría un serio revés para la supervivencia de especie en la Comunidad Foral.



Gurelur, en contra de las obras de una nueva hidroeléctrica

Diario de Noticias, 08-12-2002 
Gurelur ha mostrado públicamente su preocupación sobre el proyecto de la empresa EHN de construir una nueva central hidroeléctrica en un espacio protegido del río Aragón, en el término municipal de Cáseda. Según esta organización ecologista, las márgenes del río Aragón que se verían afectadas directamente por las obras de construcción de la central o indirectamente por la detracción del caudal y cambio de condiciones ecológicas en el río, están incluidas dentro del LIC (Lugar de interés comunitario) Tramos bajos del Aragón y del Arga. Además, añade Gurelur, aguas abajo existe un espacio protegido por el Gobierno de Navarra, el enclave natural Soto de Campo Allende (EN-5). Este soto es uno de los "mejores del río Aragón en su tramo navarro, por su composición, diversidad, belleza y vitalidad", afirma Gurelur. Los dos espacios protegidos se verían fuertemente afectados por el paso del agua del río hacia el canal de la central, lo que producirá un descenso de caudal del Aragón y que podría provocar un cambio en la vegetación. Así, la espesura podría tornar a secano y sin posibilidades de recuperación de estos enclaves.

Cerca de la zona en la que EHN pretende construir la central hidroeléctrica hay, además, una pequeña población de nutria, especie en peligro de extinción, según el Catálogo de especies amenazadas de Navarra. Este tramo del río es de los pocos de la Comunidad Foral en los que todavía se puede observar esta especie animal o detectar rastros de su presencia. En este sentido, Gurelur considera que "su degradación supondría un serio revés para la supervivencia de esta especie en Navarra".

Otras especies relevantes presentes en esta zona son el galápago europeo y la garza imperial, ambas consideradas como sensibles a la alteración de su hábitat, así como las poblaciones de visón europeo y andarríos chico. Para Gurelur, no sólo estas especies, sino toda la fauna sufrirá las consecuencias del descenso del caudal del río, ya que desaparecerán zonas de cría o de puesta de huevos y se reducirá su alimento. Gurelur también cree que la construcción de esta central hidroeléctrica vulneraría los puntos 1 y 2 del artículo 3 del Decreto foral 344/1990, en el que se impide la construcción de minicentrales en zonas que constituyan reductos de especies de fauna y flora en peligro de extinción o sensibles a la alteración de su hábitat.

Las consecuencias de esta nueva central se añadirían a las afecciones que ya están ocasionando las numerosas centrales que ya existen en el río Aragón desde Sangüesa hasta su desembocadura en el río Aragón. Gurelur cree que "todas estas centrales hidroeléctricas están fraccionando el río, impidiendo en algunos casos la conservación de ciertas especies".

Asimismo, la organización ecologista advierte de que las alteracioneas aumentarán cuando se terminen las infraestructuras hidráulicas que afectan a este río y que son el pantano de Itoiz, el Canal de Navarra y el recrecimiento de Yesa. Según un estudio, el caudal del Aragón tras estas obras se reducirá casi a la mitad.

Gurelur ha presentado 14 alegaciones ante el departamento de Medio Ambiente del Gobierno foral en contra de este proyecto. Si el citado departamento permite esta "nueva agresión ambiental", la asociación ecologista "presentará sendas denuncias ante el Juzgado, ante el fiscal de Medio Ambiente y ante la UE".





Las gélidas aguas de Itoiz provocan efectos negativos en el turismo, el regadío y la fauna

Diario de Noticias, 22-08-2005
Escrito por COAGRET
El río Irati tiene 10 veces más caudal que en estiaje y ha alcanzado los10 grados


Las pruebas de vaciado del embalse han dejado este verano inutilizadas todas las zonas de baño, desde Aoiz a Sangüesa


Las pruebas depuesta en carga del embalse de Itoiz están provocando efectos negativos colaterales en tres ámbitos muy sensibles hasta 50 kilómetros aguas abajo de la presa. Por un lado, durante este verano es físicamente imposible bañarse (el agua baja como media a 10 grados, cuando lo normal eran 20, valor mínimo en piscinas o playas) entre Aoiz y Sangüesa, quebrando un espacio de ocio muy utilizado por vecinos y turistas estos meses. Por otro lado, la fauna (peces y aves) está sufriendo notablemente los traumáticos cambios de temperatura y volumen de agua inusuales (el caudal, de 25 metros cúbicos, es diez veces superior al típico de estas


fechas) mientras que debido a regar con agua a muy baja temperatura, diversos cultivos se están resintiendo en toda la vega del Irati.


Autoridades locales, usuarios y vecinos han mostrado su malestar por la primera circunstancia mientras que grupos ecologistas denuncian los perjuicios medioambientales y expertos agrónomos de la UPNA avisan sobre la inconveniencia de usar directamente esta agua para regar cultivos. Desde la CHE (el Gobierno de Navarra se remitió a este organismo), por su parte, se reconocen estas afecciones (aunque se matizan y se apuntan otras positivas en la zona de Aragón) y la poco idoneidad de las fechas, pero se indica que la prioridad es poner cuanto antes en marcha el embalse y atender también las necesidades en el valle del Ebro.


¿Por qué sucede esto? La explicación de las causas de este fenómeno es bastante clara. Desde el pasado 27 de junio la Confederación Hidrográfica del Ebro inició la tercera fase de las pruebas de la presa de Itoiz que consiste en el vaciado parcial de las aguas que contenía el embalse (otras interpretaciones hablan de que podían tener problemas en los desagües, extremos negados por la CHE) para evaluar el comportamiento del dique. Como es sabido la Coordinadora de Itoiz ha denunciado repetidamente que pueden existir problemas con la presa, pero no en su propia estructura sino por corrimientos de tierra en la llamada "ladera izquierda". En cualquier caso el hecho es que siguiendo el programa oficial, (aunque con mes y medio de retraso ya que según explicó en su día el Gobierno se prefirió posponer el desembalse del 15 de mayo a finales de junio para coincidir con el estiaje y ayudar a paliar la sequía en Aragón), el pasado día 27 de junio comenzó a soltarse agua a razón de 21,85 metros cúbicos por segundo. Así, cada día se bajaba la cota de agua en 30 centímetros (empezaron con 561 metros de


altura) hasta llegar a la cota 548 (la pasada semana), momento en el que estaba previsto subir el volumen de suelta de agua al correspondiente a 50 centímetros por día. Hoy la altura de agua está en unos 543 metros, según la web de la CHE. Por tanto, aún resta baja el nivel (y con él el volumen de agua embalsada) hasta la cota 536. Si se cumplen los plazos, el 2 de septiembre terminaría este proceso que habrá lanzado al Irati un total de casi 120 hectómetros cúbicos. El embalse tenía en junio 190 hectómetros cúbicos y en septiembre debería estar con sólo 68. Cuando el embalse se llene definitivamente (cota 586), si al final sucede, acogerá 418 hectómetros cúbicos (Yesa tiene 470).




Aguas oscuras y frías a 50 metros


Lo que está sucediendo actualmente es que el agua, en lugar caer por los aliviaderos de superficie (esto sería en caso de avenidas para lo que hay un margen en la cota de la presa hasta 588 metros), sale de los desagües de fondo situados a pie de presa, en la cota 506 metros. Por tanto, el agua que ha venido saliendo tenía por encima suya una torre de agua que llegó a superar los 50 metros. A partir de poco más de un metro los rayos de sol no llegan (en el fondo la oscuridad es total) y mucho menos su calor, por lo que son aguas muy frías (en el estudio de impacto ambiental se habla de 4 grados cuando esté lleno), poco oxigenadas y muy densas.


Por las mediciones realizadas en la zona de Ecay, el agua puede bajar actualmente con una temperatura que se aproximaría a los 8 grados. Si a esto se le suma que el caudal va multiplicado por diez respecto (25 metros cúbicos por segundo) a lo que es un caudal de estiaje (1,8/2 metros cúbicos por segundo) o el habitual en esta fechas (el año pasado el mínimo de julio en Aós-Lónguida fue de 2,7 m/s), resulta técnicamente imposible que esas aguas se calienten durante su discurrir por las localidades que van desde Aoiz hasta Sangüesa. De hecho, en el puente de Aós va a 9 grados y en la foz de Lumbier (paso cerrado y sombrío) se han medido también 8 grados. Conforme se baja por el valle va subiendo un grado (10 en Liédena). En Sangüesa y Cáseda (12 y 14 grados, respectivamente), se nota la mezcla con las aguas del río Aragón.


El problema del caudal es coyuntural ya que el embalse en condiciones normales mantendría un caudal mínimo por encima de 2 metros cúbicos, pero el de la temperatura de salida será algo constante.


Pese a la lógica de los hechos, vecinos, turistas, agricultores y autoridades de aguas abajo a la presa han tardado en relacionar una cuestión y otra. Al margen de opiniones favorables o contrarias al pantano por otras razones, lo que sí ha despertado un comentario unánime es algo palpable como que la temperatura del río este año era tan baja que resulta imposible permanecer más de un minuto sumergido en él. "La gente lo está comentando y de hecho hay varias familias con críos que han tenido que pagar el abono en las piscinas de Aoiz porque no podían utilizar las zonas habituales del río.


Nos han quitado un espacio de ocio sin dar alternativas y eso es denunciable", explica Francisco Oliver, alcalde del Valle de Lónguida. Este comentario está extendido también en Aoiz con el Pozo Redondo sin bañistas.


En Lumbier, donde la foz era un atractivo turístico y ocio para cientos de personas a lo largo del verano, también se ha inutilizado la zona de baño (lo mismo que en Liédena) y se advierte a los piragüistas del peligro de un schoch térmico al caer al agua sin traje de neopreno.

Navarra Hoy, 06-11-1983 
René Petit, el ingeniero constructor del pantano de Yesa, manifestó a este periódico que si se llevaba a cabo el recrecimiento del pantano, "a mí me daría mucho miedo. La presa actual tiene sesenta metros de profundidad y en su día ya hubo sus más y sus menos sobre si aguantaría o no. Hay que ser muy cauto en este tipo de obras, mucho". Vive en Fuenterrabía, en un chalecito bajo y coqueto de la calle Lapurdi, al abrigo del mundanal ruido, del mar y hasta del horizonte, como queriendo ocultarse de gentes, recuerdos e incluso de su propia e intransferible historia.- René, parece ser que lo que mejor se le daba al Generalísimo, oséase Don Franco, era hacer pantanos por el bien del Imperio...
- ¡Demasiados pocos construyó teniendo en cuenta las necesidades de este país! ¡Demasiados pocos, créame!.
René Petit fue el artífice, el máximo responsable del pantano de Yesa. A mí siempre me han causado admiración y respeto esas mentes capaces de crear tan enormes y perfectas moles. Y se lo digo. Pero no es hombre amante de adulaciones.
- Mire usted, todas mis capacidades de vanidad se agotaron con el fútbol. Yo jugué en el Real Unión de Irún y, posteriormente, en el Real Madrid. Al principio sí que me agradaba el leer en la prensa un comentario que dijese "Petit jugó un gran partido en la tarde de ayer". Más adelante llegué a debutar en la Selección de Francia porque al ser mi padre del país vecino me vi obligado a cumplir con el servicio militar allí. Y ello colmó mis ansias de popularidad y celebridad. Ya con el paso de los años esas emociones quedan postergadas por el trabajo cotidiano, por el cumplir diariamente con tu obligación. Y ese vivir "cara a la galería" se desvanece por completo.
- Pero en su profesión también vivió momentos de esplendor. Cuando se inauguró el pantano de Yesa asistió al acto Franco y creo que le felicitó muy efusivamente por su obra...
- Aunque le parezca extraño puedo asegurarle que no lo recuerdo. ¿Franco me felicitó a mí? No sé, es posible, pero no tengo una idea clara del hecho. Tal vez ocurriese como usted me lo plantea.
Es humilde muy humilde. Y esta respuesta corrobora mi sensación. No le gusta ensalzarse, ni hablar de sus momentos dorados. Todo pasó, todo pertenece a un ayer que no volverá, ¡ay!
- Nací en Dax, en las Landas, en 1899. Mi madre había ido a tomar las aguas termales y eso propició mi nacimiento en Francia. Mi padre era jefe de Tráfico de la Compañía del Norte de España y estábamos destinados en Irún. Comencé, mis estudios aquí mismo, con una institutriz francesa, debido al origen de mi padre, que era del país vecino. Mi madre, por el contrario, era madrileña. Me hice ingeniero de caminos en Madrid porque amaba la naturaleza, el vivir en constante contacto con ella, y pensaba que esa carrera podía colmar mis aspiraciones en tal sentido. Jamás he sido hombre de ciudad, de despacho...
- Hacia 1925 termina sus estudios y es un joven ingeniero sin trabajo y con muchas ilusiones, ¿cómo empezó usted?
- Regresé a Irún e hice algún trabajillo en Fuenterrabía, como la variante de una carretera para ir a la playa, cosas pequeñas, en definitiva. Hasta que poco después ingresé en la Confederación del Ebro. Me enviaron directamente a la obra del pantano de Yesa y se puede decir que allí empezó mi singladura profesional. Comenzó la obra en la época de Lorenzo Pardo y se cortaron los trabajos poco después del Alzamiento para reanudarse hacia 1955. Durante este lapsus me enviaron al pantano de Reinosa, el pantano del Ebro.
- En 1959 se inaugura el pantano de Yesa. ¿Cuál fue su siguiente destino profesional?
- Me vine a San Sebastián. Había trabajado toda mi vida en el campo desarrollando labores muy duras y tenia ya sesenta años. Por otro lado mi familia estaba aquí y ya era hora de compartir más tiempo con ellos. Salió una vacante en la Jefatura de Carreteras de San Sebastián y obtuve la plaza en la que permanecí basta mi jubilación. Estuve haciendo algún puente, esta variante de la autopista que arranca de Irún, cosas así que yo denominaría menores.
No fuma, no bebe, y se mantiene en forma dando pequeños paseítos por la playa. Me dice que se aburre mucho, que esto de la jubilación es una lata porque el cambio de una vida activa a otra sedentaria es sumamente drástico.¿Por qué se hunden las presas de los pantanos, Sr. Petit?
- A veces dicen que porque fallaron los cálculos de previsiones. Pero no estoy de acuerdo en absoluto. El problema puede hallarse en la propia ejecución de la obra, en un hormigón deficiente. Y en la mayoría de los casos lo que falla es el terreno, que ése sí que no responde a las previsiones iniciales. Antes de emprender una obra de estas características se efectúan gran cantidad de sondeos pero siempre son insuficientes porque la geología del terreno puede cambiar y ante esta posibilidad no hay previsión alguna que valga. ¿Quién puede augurar un corrimiento de tierras con cierta dosis científica? ¡Nadie!
- Antes me decía usted que Franco hizo pocos pantanos, ¿cuál fue la causa?
- Le diré algo que la mayoría de la gente ignora. Es cierto que en cantidad de ocasiones no se emprendían estos proyectos por falta de presupuestos, porque no había dinero. También en otras ocasiones intervenían factores políticos y éstos llegaron a parar obras porque los intereses de determinados señores se contraponían. Si una obra la había emprendido un ministro concreto y era sustituido, el que ocupaba el cargo no veía con buenos ojos la obra de su predecesor y prefería detenerla y comenzar otra nueva en la que él se llevase todo el protagonismo. ¡Fíjese usted que razón tan estúpida para detener todo un proceso de trabajo! Y la causa más importante, eso que casi todo el mundo ignora, como le decía al principio, es que la mayoría de las empresas de construcción no estaban preparadas, no poseían la infraestructura necesaria para emprender un proyecto de tal envergadura. Estaban acostumbradas a la realización de otros encargos, tales como carreteras, viviendas, etcétera, pero cuando les hablabas de un pantano se les cambiaba el color, je, je, je...
Es campechano y "todo un hombre del campo" este hombre mitad francés, mitad español, mitad navarro, mitad guipuzcoano, "quiero mucho a Navarra porque en ella pasé los mejores años de mi vida". Me lo dice como queriendo emular la película de William Wyler.La realización del pantano de Yesa, Sr. Petit, le obligó a enterrar dos pueblos, Escó y Tiermas, ¿qué. me puede decir al respecto? ¿Piensa que fue inevitable la desaparición de los dos lugares?
- Por supuesto que sí. Y si volviese a realizar la obra del pantano volvería a enterrarlos, sobre todo la parte baja de ambos. Sí que sentí auténtica pena por el balneario de Tiermas, porque se trataba de unas aguas termales muy apreciadas. Por otro lado sé bien que a la gente no le agrada el cambio de residencia, dejar el lugar en el que nació. Pero no quedaba otra opción. Para aquellas personas se habilitaron algunos pueblos en la Bardena, como Ejea, Cinco Villas, Sádaba. Fue una pena, pero una pena de todo punto inevitable. No tengo más que gratitud para todas aquellas gentes por lo bien que se portaron, por la tolerancia y comprensión que demostraron.
- En realidad, Sr. Petit, el pantano de Yesa se construyó. en Navarra para beneficio casi exclusivo de Aragón, ¿por qué?...
- Así fue, Navarra cogió algo por la parte de Carcastillo ya que hicimos un túnel por Cáseda bastante largo. Yo fui el responsable del Canal de las Bardenas y éste sí que benefició a la Ribera navarra. Pero tratando de responder a su pregunta con concisión le diré que los intereses de la Confederación del Ebro, de Lorenzo Pardo en particular, tiraban para Aragón porque ellos tenían su sede en Zaragoza y porque se apuntaban, de alguna manera, un gran tanto político.
- Los más pesimistas decían que la presa del pantano de Yesa no aguantaría, que se caería...
- Sí, lo sé, pero más que por la presa en sí por la cimentación de la roca. Afortunadamente esos augurios no se han cumplido...
- Ahora, Don René, se quiere construir una nueva presa para aumentar la capacidad del pantano a 1.500 Hm3. ¿Teniendo en cuenta la discutida poca solidez del terreno no se trata de un proyecto realmente peligroso?
- No tengo noticias de esta ampliación de la que usted me habla. Pero puedo asegurarle que a mí me daría mucho miedo. Y por otro lado eso supondría enterrar, cuando menos, Sigüés. La presa actual tiene sesenta metros de profundidad y en su día ya hubo sus más y sus menos sobre si aguantaría o no. Hay que ser muy cauto en este tipo de obras, mucho. Y para conseguir el volumen que me comenta sería necesario levantar la presa diez e incluso veinte metros, porque llegar a 1.500 Hm3 es triplicar la capacidad del pantano...
- Dicen desde Madrid, Sr. René, que esta ampliación es ineludible...
- ¿Ah, si? No sabía nada al respecto, ¿pero qué les pasa, que no tienen suficiente agua?
Y se queda preocupado, con el semblante sombrío, pensando tal vez en sus viejos miedos, en sus temores de siempre, en sus noches de preocupación y desvelo ante posibles desmoronamientos de sus enormes moles.
- Mire, Cortés, tal como se concibió el pantano en un principio cubría perfectamente las necesidades previstas, tantas hectáreas a regar y tantos metros cúbicos de agua por hectárea y año. Ignoro si en el momento actual se pretenden cubrir otras necesidades agrícolas y por lo tanto no acabo de comprender ese deseo de ampliación a costa de lo que sea...
- ¿Por qué no se da usted una vuelta por Yesa de cara a esa posible ampliación, Sr. Petit?
- ¿Para qué? ¿Para pasar miedo, para llevarme el mayor disgusto de mi vida? No, dejemos las cosas tal como están... Tenga en cuenta que al ampliar el volumen aumentan considerablemente las posibilidades de un fallo geológico. Si ahora existe una presión de diez kilos por centímetro cuadrado con esa ampliación puede doblarse a veinte... ¿Quién va a garantizar la seguridad de tal obra?
- Monsieur René, el nivel de aterramiento, de depósito de los residuos transportados por los ríos que alimentan el pantano es muy grande, ¿qué capacidad ha perdido por esta razón desde aquel lejano 1959, año de su inauguración?
- Es indudable que sí que ha perdido capacidad pero decir o establecer en qué cantidad es muy difícil, prácticamente imposible. Sería tremendamente costoso medir el nivel de aterramiento en el fondo del pantano, tenga en cuenta que desde la presa hasta la cola del pantano tenemos casi veinte kilómetros de longitud. De todas formas este tema no supone un problema importante ya que la parte de menor fondo, el final del embalse, es la primera en aterrarse y la superficie cercana a la presa lleva un proceso larguísimo, hasta el punto de que en los veinticuatro años de vida del pantano apenas le habrá afectado...
- Sr. Petit, su proyecto inicial del pantano de Yesa incluía una serie de canales para el riego en la Ribera navarra. Pero esos canales nunca se han llegado a construir en su totalidad, ¿puede explicarme el por qué?
- Se pretendía cubrir principalmente como zona de regadío Aragón. Ya le he explicado antes los motivos e intereses particulares de la Confederación del Ebro y en un principio ya estaba previsto así. Le vuelvo a insistir en que yo me encargué del Canal de las Bardenas con el que se llevaba agua del pantano hasta la zona de Tudela. Se hizo y se cubrió una parte importante de regadío aunque tal vez no todo lo necesario. Sí que existía un proyecto de ampliación de este regadío en Navarra pero no se llegó a hacer por las causas de intereses que ya le he explicado. Los cambios de ministros, los intereses políticos a los que le hacía referencia antes, influyeron decisivamente en la paralización del proyecto.
Es cauto al hablar, con la serenidad y prudencia propia de sus muchos años y experiencia. Su mujer asiste a la conversación en silencio, asintiendo a una con su marido en los viejos miedos, en las angustias a solas ante un posible derrumbamiento. Tienen tres hijos, dos chicas y un varón. Y a ninguno de ellos, ni a sus nietos, les ha dado por la carrera del abuelo Petit. Habla con dolor de un sifón que estudió para su instalación en Cáseda y así poder llevar el agua de Yesa al oeste de Navarra.- Por lo que me comenta con respecto a ese proyecto jamás realizado, ¿no sería más interesante llevarlo a cabo ahora y olvidarse del peligro de ampliación del pantano que se está cuestionando en este momento en Madrid?
- Por supuesto que sí, por supuesto. Y se evitaría la posibilidad de una catástrofe. Esa es mi opinión, al menos. Porque ya le digo que levantar más la actual presa y triplicar la capacidad del pantano es sumamente delicado. Por otro lado yo dejé el pantano el mismo año de su inauguración y ya no he seguido la explotación del mismo. Por las noticias que me han llegado en alguna ocasión pienso que su funcionamiento ha sido el idóneo.
- ¿Se ha sentido compensado por su dedicación profesional?- El mejor pago que he recibido ha sido el ver cómo auténticos desiertos se han convertido en lugares verdes, hermosos, provechosos. Esta compensación si que es muy importante porque compruebas por ti mismo el resultado y los frutos de tu trabajo. Ahora, con el paso de los años, me he vuelto muy estoico, muy escéptico. Siento una gran falta de ilusión por las cosas, una sensación muy dificil de definir que puede asemejarse a la abulia, al desinterés puramente vital. En este aspecto pienso que la vida es todo un ciclo y en el mismo existen períodos en los que parece que te apartas del transcurrir de tu propia existencia. Tal vez esto sea común a todos los mortales en el proceso de la vejez.- Monsieur René, ¿le gustaría seguir trabajando?
- No lo sé muy bien, no se lo puedo asegurar a ciencia cierta. Sí sé que me aburro tremendamente, que no le encuentro un sentido válido a mi vida actual. Pero qué le vamos a hacer, ésto no tiene remedio, ¿no le parece?...
- En Navarra se le quiere mucho, Sr. Petit, ¿le sirve eso?
- Claro que sí, me llena de satisfacción.
Salimos a la noche estrellada de Fuenterrabía. Al fondo el mar y el horizonte de un cielo infinito que se pierde eterno. En la puerta de su chalecito nos despedimos con un fuerte apretón de manos y una mirada emocionada por parte de René. Tal vez esté viendo en mí por última vez su Yesa del alma, sus campos de Sangüesa, sus atardeceres rojos, preciosos, inmortales, junto a la presa de su pantano de Yesa.- De la inauguración, créame, no sé si estuvo Franco o estuve yo, je, je, je, ¡se lo digo en serio!



Sobre la Utopia de Kaseda

Situada donde en nuestro Pais sale el Sol,
Debería poder instalarse parte de esa luz de manera definitiva

Hubo un tiempo, hace muchos años, en que en Gure Lurra, hubo hasta Anarkistas "reales", algunos incluso vivieron hasta los 102 años, muchos llegamos a conocerlos.

Lucharon, y hasta dieron la vida, por el COMUNAL.

Típicos argumentos contra el anarquismo (De Cerdá)
Cuando se plantea la autogestión y el autogobierno, suprimiendo las actuales estructuras de poder simbolizadas y llevadas a su más alto grado en el Estado, surgen innumerables preguntas referidas a la manera en que se podría organizar una sociedad sin ese monstruo todopoderoso al que tan acostumbrados estamos.
¿Cómo es posible vivir sin el orden que el Estado impone? Comencemos reiterando que anarquismo no significa caos o desorden, ausencia de organización. En cambio quiere decir que el orden debe surgir de las exigencias de la vida misma y de los imperativos que impone, a cada uno y al colectivo que integramos. De ninguna manera debemos aceptar como única posibilidad la clase de organización impuesta por fuerzas exteriores a la sociedad toda, que ambicionan fines sectoriales o parciales, como los intereses de un grupo particular (religioso, racial, militar, político o económico), la persecución del lucro o el afán de poder de algunos individuos. El anarquismo tiene bien claro que la libertad no es hija del desorden, sino madre del orden.
En consecuencia, al mismo tiempo que rechaza al poder, el anarquismo reconoce la autoridad derivada de las peculiares habilidades de cada uno. El habitante común de la ciudad es inferior al campesino en el conocimiento de la agricultura, así como tampoco el enfermo supera al saber del médico en su especialidad, o el empleado de comercio al ingeniero civil en el diseño de un puente. Pero esta autoridad es siempre restringida, limitada, ya que tanto puede entender el médico de enfermedades como ignorar del campo lo que sabe el campesino, por lo que fundado en un saber peculiar nadie puede pretender un dominio total sobre todos los otros miembros de la sociedad, ni aspirar a una posición de privilegio permanente. Precisamente el Estado como poder total, ajeno a las cualidades de sus integrantes y a las necesidades puntuales que pudieran satisfacer, es el que consolida los privilegios de unos sobre otros independientemente de méritos y necesidades.
En la vida cotidiana hay muchos ejemplos de que la organización es perfectamente compatible con la ausencia de un poder central que someta a los demás, como sucede con el Estado. ¿No se organizan acaso las líneas aéreas o de trenes o marítimas en viajes multinacionales, sin que ninguna de ellas pierda su autonomía y sin necesidad de que haya una de ellas que domine a todas las otras? Basta para conseguirlo la coordinación de entes autónomos en pro del beneficio de todos, cediendo las instalaciones, servicios, etc., de una en beneficio de otra a cambio de similares beneficios que recibe de ella, y así entre todas. Si lo pueden lograr enormes empresas lanzadas a feroces competencias de mercado y que sólo persiguen las ganancias, bien lo pueden hacer otras instituciones y con más razón los individuos que tienen una gama más amplia de intereses y son naturalmente sociables.
¿Tienen los anarquistas algún sistema económico que impulsan? En esto, como en tantas otras cuestiones, el anarquismo no defiende ningún modelo en particular, sino que aspira a que los miembros de un colectivo, en forma libre, seleccionen la organización económica que más los favorece en vista de sus intereses particulares y colectivos. Pero, viendo la historia del movimiento ácrata, no es casualidad que se haya asumido ampliamente la identificación como socialismo libertario, pues siempre han llamado la atención de los anarquistas el mutualismo, el colectivismo y hasta formas del comunismo.
El mutualismo niega la propiedad pero acepta la posesión de uso, incluso la personal, partiendo de que la posesión surge del trabajo. La base del intercambio está en la asociación de consumidores y productores, con un precio derivado del costo de producción y suprimiendo el lucro. El colectivismo tiene como lema De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus méritos. Sostiene la propiedad colectiva de los instrumentos de producción, pero el fruto del trabajo debe distribuirse en proporción al trabajo y a su calidad, con lo que se mantiene un tipo diferenciado de salarios. El comunismo anarquista tiene como lema De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades, con lo que se suprime el salario diferencial, los medios de producción son comunes y la distribución se hace en función de las necesidades. A estas tendencias ha querido sumarse en años recientes una corriente anarco-capitalista, difundida particularmente en Estados Unidos, enemiga del poder estatal en tanto defensora a ultranza de la libre empresa y el mercado. La pretensión de asumirse como anarquista suele ser objetada por las demás corrientes, en especial por las diferencias que existen entre el modo en que vive la mayoría de los habitantes de la mayor potencia contemporánea y las desventajas que el mercado capitalista acarrea en los países donde ejerce su expoliación a plenitud. Para más precisiones en la crítica socialista libertaria al anarco-capitalismo o libertarianismo, ver la opinión del intelectual anarquista norteamericano Noam Chomsky en< www.hispamerica.com/gr/12/conlib3.htm> y en el libro “Conversaciones Libertarias”.
Esta breve presentación es suficiente para dejar entrever que las discusiones entre los anarquistas acerca de las ventajas de estos modelos económicos, y de otros posibles, forman parte importante de lo imaginable de una nueva sociedad, para cuya construcción no hay prejuicios acerca de la manera en que puede organizarse sino que se debe debatir libre y colectivamente lo que cabe pensar como soluciones, calibrando ventajas y desventajas, sin prejuicios ni ideas preconcebidas.
A menudo surge la pregunta de cómo una sociedad anarquista trataría a los delincuentes violentos. ¿Quién los pararía sin un Estado que esté a cargo del control policial? Comencemos apuntando que una parte de los asesinatos y otros crímenes violentos son originados en desordenes mentales o pasiones individuales extremas, por lo que ni la policía ni nadie los puede prevenir. Es factible esperar, sin embargo, que en una sociedad más “cuerda” y menos frustrante no habrá tantos de este tipo de delitos. Los demás asesinatos, y la mayor parte de las otras ofensas, derivan de la existencia de propiedad privada en gran escala por lo que, sí la forma dominante de propiedad fuese la colectiva y/o con muchas menos disparidades económicas, desaparecería un motivo muy importante de la delincuencia contra personas y bienes. La historia muestra que los grandes ciclos de aumento de criminalidad se producen en situaciones de grandes desigualdades socio-económicas, mientras que la violencia y los asaltos disminuyen drásticamente en épocas de una distribución más igualitaria de la riqueza. Es gracioso escuchar a los dirigentes de gobiernos latinoamericanos buscar asesoramiento policial en el Norte para la lucha contra la delincuencia cuando, en Canadá por ejemplo, no hay casi desocupación y el salario mínimo es 6 veces mayor que el de Venezuela, país donde la mitad de la fuerza laboral está desempleada o en ocupación precaria, sin protección social de ningún tipo, y con una de las distribuciones de riqueza más desiguales del planeta. Es fácil entonces imaginar las razones por las que en el 3er. Mundo se vive una situación de auge de los delitos contra las personas y, en su gran mayoría, contra la población de menores recursos, aunque sean los crímenes contra los poderosos los que recoge la prensa. Se trata de la lógica consecuencia de la acción del poder que exprime hasta un grado máximo la capacidad de la gente de soportar la injusticia.
Por supuesto que las comunidades necesitan organizar algún medio para tratar a aquellos individuos que perjudiquen a los demás. En lugar de varios miles de policías profesionales, la mejor solución es la protección mutua. Quienes gobiernan proclaman que las fuerzas de seguridad (oficiales y privadas) existen para defendernos a los unos de los otros, cuando todos sabemos que en realidad sólo interesan a los de arriba en tanto puedan protegerlos a ellos, a su propiedad y a su poder sobre nosotros. Además, son instituciones condicionadas para responder a la violencia con más violencia, con lo que se genera un círculo vicioso que sólo beneficia al Estado policial y a los delincuentes que juntos se hacen así dueños de las ciudades. Por otra parte, ya son numerosos los intentos de asumir la protección independientemente de la policía, y sobre ellos los agentes del Estado ejercen fuertes presiones para controlarlos y evitar que la población tome conciencia de que no necesita uniformados para salvaguardar sus vidas e intereses.
Las cárceles son un fracaso a la hora de mejorar, reformar o por lo menos disuadir a los infractores. Los vecinos de una comunidad, conociendo las circunstancias personales de cada cual, aportarían soluciones mejores y más adecuadas tanto para la víctima como para el acusado. Por otra parte, el actual sistema penal es uno de los principales responsables de la promoción del comportamiento delictivo. Los reos que cumplen una condena más o menos larga a menudo se convierten en seres inadaptados para la convivencia fuera de las rejas. ¿Cómo puede imaginarse que encerrar a unas personas a cargo de otras de un carácter tan antisocial como ellos mismos (pues así suelen ser los carceleros), va a desarrollar en el individuo un modelo de comportamiento responsable y sensato? ¿Cómo pensar que se logrará ese comportamiento tras pasar por el infierno de las prisiones en Venezuela o tantos otros países? Naturalmente, lo que ocurre es todo lo contrario; la mayoría de los presos reinciden y con una grado mayor de agresividad.
Pero aún así, puede que nos encontremos con individuos que cometan delitos en la sociedad libertaria, individuos que pese a que se extremen las medidas de rehabilitación, sea imposible reincorporarlos a la sociedad. En tales casos, de una sociopatología manifiesta e insuperable, la sociedad tiene el derecho a protegerse expulsando al individuo de su seno, no por venganza o castigo, sino como reconocimiento a una relación sin posibilidad, que de mantenerse pone en peligro a los demás integrantes. Esto quizás sea considerado un castigo que despierta sonrisas, pero queremos mencionar un par de casos para mostrar su fuerza. Entre los griegos del período clásico, el exilio de la propia comunidad era considerado el peor castigo y Sócrates, el famoso filósofo, castigado y ante la opción, prefirió la muerte. Por otra parte, sabemos que si alguien es sancionado por incumplir los pagos de una tarjeta de crédito o librar un cheque sin fondo, el castigado pierde la posibilidad de utilizar ese medio de pago tan usado hoy en día, puesto que ninguna otra institución le abre crédito o le permite operar con cuentas, por lo que se cuida de hacerlo regularmente. No es pequeña cosa ser exilado, y mucho menos si se es en forma ignominiosa, sea de donde sea. La única condición que requiere es la responsabilidad de todos en cumplirla sin excepciones, por lo que, para ser efectiva, requiere un cambio tanto en los que castigan como en los castigados. (Para más consideraciones sobre criminalidad y penalización desde el punto de vista ácrata, ver <www.geocities.com/samizdata.geo/CACarceles.txt> y <www.geocities.com/samizdata.geo/CAPolicias.txt>).
Otra de las preguntas con las que se ha tenido enfrentar el anarquismo durante años es: ¿Quién haría todo el trabajo sucio, el trabajo duro que nadie quiere hacer? También se plantea la duda de ¿qué pasaría con aquél que se negara a trabajar?. Para responder debemos tener claro que las personas necesitan trabajar, precisan de hacer algo. La gente tiene una verdadera urgencia creativa. Basta atender a lo mal que nos sentimos cuando no tenemos trabajo o fijarse como nos pasamos horas arreglando un automóvil, cuidando un jardín, confeccionando una prenda de vestir, haciendo música. Todas están actividades pueden ser muy entretenidas sólo que a menudo se las considera aficiones más que trabajo. El punto está en que se nos ha enseñado a calificar el trabajo como un tormento que es irremediable aguantar, pues hemos desligado al trabajo de la satisfacción de necesidades reales para convertirlo en un medio de enriquecimiento de los capitalistas.
En esta sociedad el trabajo es efectivamente un tormento, y lo rechazamos porque está estrechamente relacionado con un sentimiento de injusticia y explotación. En estas condiciones el trabajo es poco gratificante, pero no todo trabajo lo es como pretenden inculcarnos, y así impedir que podamos ser libres para elegir incluso aquello que nos es más propio, nuestro trabajo. No se trata de que seamos holgazanes por naturaleza sino que aborrecemos que nos traten como si fuéramos máquinas, obligados a hacer una labor en su mayor parte desprovista de cualquier relación con lo que somos, con la satisfacción de alguna necesidad colectiva, sin justas evaluaciones y para satisfacer intereses económicos ajenos. El trabajo no tiene por qué ser así, y si estuviera controlado por la gente que lo desempeña, desde luego no lo sería. Fácil es ver que en una sociedad libre nunca van a faltar voluntarios para hacer un tipo de tarea u otro, en especial si esta diferencia de tareas no se acompaña de una impertinente jerarquización de ingresos. Por supuesto hay tareas desagradables que es necesario ejecutar, y hay pocas formas de hacer que la recolección de basura sea una ocupación divertida. Pero estos problemas no son tantos ni son tan graves y, en última instancia, una comunidad puede resolver el punto conviniendo en que todos sus miembros compartan lo que es una labor ingrata o con alguna otra solución equitativa.
Cuestión importante es señalar al desempleo como un problema creado por el capitalismo. En un mundo más justo no existiría. Si hubiera un exceso de mano de obra, en especial gracias al desarrollo tecnológico, la solución no es la actual en que algunos trabajan mucho y otros nada, favoreciendo así la disminución del salario. En una sociedad en la que el trabajo es el modo de generación de riqueza, lo más conveniente es que todos trabajen, pero que trabajen menos horas haciendo posible que se disfruten equitativamente de los beneficios. Si nos deshiciéramos de la explotadora clase dominante y su inflexible apremio por aumentar la rentabilidad de sus inversiones, nos libraríamos de la mayor parte de la presión económica que obliga a algunos a laborar largas jornadas, con bajas retribuciones, al par que lleva a otra gran cantidad a la desocupación. En el sistema vigente, esto es grave para los dominados porque el trabajo es actualmente el mecanismo, muchas veces arbitrario e injusto, de distribución de bienes, por lo que hay millones de desocupados que nada reciben. Quizás haya en el mundo países con seguros de desempleo que aplacan el problema, pero en Latinoamérica brillan por su ausencia o son una broma de mal gusto, por lo que la desocupación es sinónimo de miseria.
Si en última instancia hubiera alguien que se resiste por todos los medios a integrarse mediante su trabajo o actividad al conjunto de las ocupaciones requeridas por una sociedad libertaria, en ese caso debería plantearse seriamente su interés en mantenerse en ese colectivo por lo que, por mutuo acuerdo o en todo caso unilateralmente, la comunidad puede excluirlo de su seno. Pero, una vez más, es imposible que alguien quiera permanecer sin hacer nunca absolutamente nada. Finalicemos la discusión sobre el enfoque anarquista del trabajo remitiendo a los lectores al provocativo ensayo “La Abolición del Trabajo”, de Bob Black <www.geocities.com/samizdata.geo/Abolicion.html>.
Otra objeción típica es: “bueno, eso a lo mejor operaba a pequeña escala, en un atrasado pueblo rural, pero ¿cómo puede funcionar una sociedad tecnológicamente compleja sin necesidad de jerarquías permanentes?" En primer lugar el anarquismo entiende que la sociedad necesita ser dividida en núcleos menores que los actuales, siempre que sea posible, para que los conglomerados adquieran una dimensión más natural y puedan ser dirigidos directamente por la misma gente que los integra. Hoy en día, la teoría de la organización empresarial del capitalismo reconoce lo que siempre ha sido un principio básico del anarquismo: que los grupos pequeños trabajan juntos de forma más eficaz y son capaces de coordinarse mejor con otros conjuntos laborales parecidos, mientras que las agrupaciones informes y a gran escala son comparativamente más torpes en su desempeño y les resulta más difícil acoplarse con el entorno. Dentro de este mismo punto es interesante señalar que recientemente las famosas "economías de escala", que justifican por ejemplo las fábricas que cubren enormes superficies y con capacidad de producir volúmenes gigantescos, están siendo altamente cuestionadas. Llega un cierto tamaño en que las industrias, las explotaciones agropecuarias, las instituciones de servicio, las educativas, los sistemas administrativos y demás, pierden eficacia a medida que se hacen más grandes. Por otra parte, a todos es palpable, especialmente en Latinoamérica, la inhumanidad que encierra la vida en grandes conglomerados de gente, con malos servicios, habitaciones deleznables, muchas veces en situaciones que nada tienen que envidiar a cárceles y campos de concentración.
Puede ocurrir que para proyectos de envergadura, puntuales, específicos y de interés común, sea necesaria la unión de varias comunidades, pero esto no es un problema irresoluble ni su existencia justifica un poder central permanente como el Estado. De hecho la clase trabajadora de España encontró soluciones de este tipo para grandes problemas en la década de 1930. Así, la Compañía de Autobuses de Barcelona al par que doblaba sus servicios, contribuyó con el “colectivo de entretenimiento ciudadano” (actividades recreativas) y produjo armas para el frente en los talleres de autobuses. Todo esto se consiguió con un número de trabajadores bastante reducido, ya que muchos se habían ido al campo de batalla para combatir el fascismo. Este increíble aumento de la eficacia, a pesar de la guerra y de la escasez de materiales, no es tan sorprendente después de todo, porque ¿quién puede dirigir una compañía de autobuses de la forma más idónea, con el menor esfuerzo y el más alto rendimiento? Obviamente sus trabajadores y nadie mejor que ellos para coordinar con otros trabajadores la solución de problemas compartidos, cuando a ninguno mueve el afán de explotar a los demás en beneficio propio.
Para extendernos en este caso ilustrativo, puntualicemos que todos los trabajadores de Barcelona estaban organizados por sindicatos - formados por quienes laboraban en el mismo ramo - subdivididos en grupos de tarea. Cada grupo tomaba sus propias decisiones en lo referente al trabajo día a día y nombraba a un delegado que representaba sus puntos de vista en temas más generales concernientes a toda la fábrica o incluso a toda la región. Estos representantes eran voceros de las decisiones tomadas en asamblea por todos los compañeros y el cargo se turnaba con frecuencia. Los delegados podían ser sustituidos inmediatamente en caso de que incumplieran el cometido de ser meros portavoces de la asamblea (principio de revocabilidad). Los delegados eran actores que sólo podían decir los parlamentos que los autores de la obra, la asamblea de trabajadores, escribieron para ellos, sin apropiarse la función de componer sus propias líneas, como sucede en la ilusoria “democracia representativa” de nuestros días. Añadiendo más niveles de delegación es posible alcanzar una actividad a gran escala sin abandonar la libertad de trabajar en la línea que cada individuo elija. Esta idea de autogestión federal volverá a ser ilustrada en la sección III.6.- "Acción y organización local", pero a quien le interese saber más de la experiencia de organización anarquista en la revolución española de 1936 puede buscar en la extensa bibliografía sobre ese punto, donde destacaremos como un trabajo particularmente completo a “La Autogestión en la España Revolucionaria”, de Frank Mintz.
Sigamos con más objeciones. ¿Una sociedad sin Estado no estaría indefensa ante ataques exteriores?  El hecho de vivir bajo la tutela estatal no ha salvado a los pueblos de agresiones armadas a gran escala y podría decirse que las han promovido. Los pueblos ínuit del extremo norte de América (mal llamados “esquimales”) que nunca han tenido una organización estatal y menos ejército, han vivido 500 años sin un enfrentamiento armado entre ellos. De hecho, en la mayoría de las naciones, las fuerzas militares y policiales son utilizadas, abierta o disimuladamente, en contra de sus propios habitantes como un ejército de ocupación. El Estado no protege sino que vigila y agrede para defender a una élite dirigente que, diciendo las cosas claramente, es el enemigo fundamental del pueblo de cada país.
En Latinoamérica es más claro que en otras regiones del mundo, pero todos sabemos que la gran mayoría de las guerras y enfrentamientos armados internacionales se han hecho y se hacen en beneficio de esas minorías, aunque bajo los pomposos nombres de la defensa de la patria y similares. Más aún, la evolución tecnológica y organizacional de los conflictos bélicos ha derivado en que el ejército no sea salvaguarda de nada, porque en la guerra actual el máximo esfuerzo y la mayoría de las víctimas se da entre los civiles que corren muchos más riesgos que los militares, quienes cuentan en tales circunstancias con la máxima protección y hasta la posibilidad de obtener jugosos beneficios. Basta citar que en las guerras más conocidas de los últimos años (Irak, Yugoslavia, Chechenia, etc.) los militares han tenido una cifra de bajas mucho menor que los civiles, quienes han sufrido casi todos los rigores del combate, de uno y otro bando.
Una respuesta anarquista clásica es reconocer que la defensa del pueblo está en sus propias manos y la solución es la de armarlo. Las milicias anarquistas españolas estuvieron cerca de ganar la guerra civil en 1936 a pesar de la escasez de armamento, de la traición stalinista y de la intervención de Alemania e Italia a favor del alzamiento de Franco y sus secuaces. El error fue subestimar las propias fuerzas y dejarse integrar en el ejército regular de la República. No cabe duda que una población armada sería difícil de subyugar por ningún atacante del exterior, como lo muestran la enconada resistencia  y los éxitos que desde siempre han tenido guerrillas con auténticas raíces populares frente a ejércitos de ocupación más poderosos.
Pero es cierto que un ensayo de sociedad libertaria podría ser destruido desde el exterior. Los jerarcas del imperio norteamericano, como lo harían en su momento los dirigentes soviéticos y de cualquier otra potencia, probablemente nos exterminarían antes que permitirnos vivir en libertad e igualdad, por supuesto que con la interesada colaboración de todos aquellos que con la revolución vieran peligrar sus privilegios. Contra esa amenaza de destrucción la mejor respuesta es el movimiento revolucionario en otros países. Dicho de otra manera, la defensa más eficaz contra la bomba atómica yanki o rusa es el movimiento del pueblo y los trabajadores de Estados Unidos o rusos y de todo el mundo. En el caso del Estado bajo el cual vivimos, la mayor esperanza de evitar el exterminio se basa en quitarle el privilegio del uso de los armamentos de aniquilación masiva. Podríamos garantizarnos un verdadero sistema mundial de seguridad si la solidaridad internacional evolucionara hasta tal punto que los trabajadores de los distintos "países enemigos", adecuadamente esclarecidos, fueran capaces de impedir que sus respectivos gobernantes lanzaran ataques externos.
Y esto no es fantasía, pues hay precedentes; como el ocurrido en la década de 1920, cuando la Rusia Soviética se salvó de una intervención británica masiva gracias a una serie de protestas y sabotajes de los obreros británicos; o la movilización popular en Estados Unidos contra la intervención en Vietnam a fines de los años de 1960. Pero dijimos esclarecidos, porque también hay ejemplos en que los trabajadores fueron arrastrados a enfrentamientos que en nada los beneficiaban debido a una obnubilación resultado de la propaganda y el empleo de los múltiples recursos con que cuentan el Estado y la clase dominante.

Badator Olentzero!

Historia y tradición 
La primera referencia al nombre del olentzero es de Lope de Isasi quien a comienzos del siglo XVI, hacia alusión a la celebración de la Navidad con el nombre de "Onentzaro" que significaba "tiempo de los buenos". Lope de Isasi se refería probablemente a los ritos paganos, muy extendidos en esta zona hasta el siglo VIII y que incluían una celebración de gran importancia, el solsticio de invierno. Este no era un personaje en sí, sino el nombre de un tiempo de celebración del solsticio y una de las figuras que participaban en ese tiempo, probablemente una figura vegetal en forma de tronco de árbol y asociada al ritual del fuego, tomó el nombre de olentzero.Durante muchos siglos, la forma de realizar fiestas en ambientes rurales y pobres por añadidura era la de ir de casa en casa con danzas y cantos y pidiendo comida para que los jóvenes del pueblo pudiesen hacer una merienda; iban, a veces con un muñeco, o incluso a veces con uno de ellos disfrazado de carbonero glotón y bebedor.

La figura obesa que actualmente recorre calles rurales y urbanas es la personificación de una rica simbología relacionada con el fuego y la celebración del solsticio de invierno. En algunos valles tomaba la figura de un muñeco que se colocaba visible adosado al exterior de la chimenea sobre el tejado. En ocasiones se le atribuia el papel justiciero de castigar con la hoz a quienes no habían respetado el ayuno legal que debía preceder a la fiesta. Por otro lado, la figura de carbonero de cara tiznada de carbón, que ahora se le atribuye, así como el apéndice folclórico de fumador de pipa, son otros tantos recuerdos del pasado, asociado al solsticio de invierno y al ritual del fuego que inicialmente representaba.
La leyenda
Erase una vez.....en los bosques de la Selva del Irati, arriba en el Pirineo, desde donde bajan nuestras aguas,  

a veces pasaba hasta Quinto, e incluso el Bastán y Malerreka; 


hace muchísimos años, vivía un hada muy bella de cabellera amarilla y ojos muy brillantes. Como todas las hadas cuidaba de la gente y estaba acompañada por criaturas como duendes llamados Prakagorri (pantalones rojos) que la ayudaban en todo su trabajo.
Un día que el hada estaba viajando a traves de las montañas mientras estaba peinando sus cabellos en una fuente, los prakagorri le anunciaron que algo habia moviéndose entre los helechos; los duendes gritaron para llamar la atención del hada y ante la sorpresa del hada que no entendía como los humanos habian podido dejarlo abandonado encontraron un bebé humano. El hada le dijo al bebé: "tu nombre será Olentzero, porque es una cosa maravillosa haberte encontrado. Y por este acto te daré los regalos de Fuerza, Coraje y Amor, por todo el tiempo que tú vivas". Entonces el hada cogió al niño y lo llevó a una vieja casa en el límite del bosque donde vivían un hombre y una mujer que no tenían hijos, y como el hada sabía que serían muy felices de recibir al bebé, lo dejó enfrente de la puerta para que ellos lo encontraran.

Muy pronto, al amanecer, cuando el hombre se levantó a ordeñar las vacas encontró al bebé y corriendo gritó y se lo enseñó a su esposa; muy contentos de haber recibido a ese niño rápidamente lo taparon, le dieron de comer y lo tomaron como su hijo.

A partir de ese momento, Olentzero creció entre los bosques y se convirtió en un fuerte, amable y saludable hombre que nunca tuvo la preocupación de cómo había llegado a ser encontrado por sus padres. Olentzero trabajaba todos los días del año haciendo carbón y ayudando a su padre; pero lo inevitable sucedió y despues de muchos años, los que habian sido sus padres murieron y Olentzero se quedó muy solo en su casa del bosque haciéndose viejo según pasaban los años.

Con el paso de los años Olentzero fue entristeciendo y se fue dando cuenta de que debía era ayudar a otras personas que lo necesitaran. Recordó que en el pueblo había una casa donde vivian los niños que no tenían padres, y que vivían de lo que la gente del pueblo les daba, así que trató de hacer algo para que esos niños fueran más felices.

Como Olentzero era muy hábil haciendo cosas con las manos, se dispuso a hacer juguetes para los niños y muñecas para las niñas con la idea de darles los juguetes cuando fuera al pueblo a vender carbón. Cuando acabó de hacer las muñecas y los juguetes, los metió todos en un saco y cargo el saco en su burro junto al carbón y marchó al pueblo muy contento pensando en lo que iba a hacer.

Olentzero les dió los regalos a los niños y estuvo jugando con ellos todo el día y contándoles las historias que habia aprendido de su padre cuando era pequeño. Los niños y niñas a partir de ese momento quisieron mucho al Olentzero y ya no se sintieron tan solos como antes. Cada dia cuando Olentzero llegaba al pueblo a vender su carbón era rodeado por todos los niños.

Esto sucedió durante muchos años hasta que un dia hubo una tremenda tormenta en el pueblo, los truenos, rayos,y el frío dejaron muy asustadas a las gentes del pueblo y especialmente a los niños. Un dia Olentzero estaba de camino hacia el pueblo y vio un rayo que caía en una casa, se acercó y vió a unos niños asustados que pedían ayuda dentro de la casa que estaba en llamas. Cubrió a los niños con una manta para protegerles del fuego y los sacó de la casa a través de una ventana por el primer piso. Mientras trataba de salir, una gran viga cayó sobre el Olentzero provocando que su fuerte y gran corazón se detuviera. Cuando se enteraron las personas del pueblo lloraron por lo sucedido dándose cuenta de que no había nada que ellos pudieran hacer.

En ese mismo momento fueron sorprendidos por una brillante luz que salía de la casa. Nadie pudo ver lo que sucedia pero dentro apareció el hada que habia encontrado al Olentzero cuando era un bebé en el bosque muchos años antes, y con su dulce voz le dijo al Olentzero:"Olentzero, tu has sido un buen hombre, lleno de fe y de buen corazón, has dedicado toda tu vida a hacer cosas para los demás, y has dado hasta tu propia vida para salvar a otras personas; por lo tanto no quiero que te mueras, yo quiero que vivas para siempre; de ahora en adelante, harás juguetes y regalos para los niños que no tienen padres",. Al oir esto los parakagorris se apresuraron a decir que ellos le ayudarían.

Y a partir de ese momento, asi sucedió: en la mitad del invierno, al final de cada año, Olentzero va por todos los pueblos repartiendo juguetes a los niños que no tienen padres ni abuelos que les hagan regalos. Los niños de todos los pueblos celebran la llegada del Olentzero cantando canciones y esparciendo mensajes de amor.


Algunos Prakagorris, hasta cruzaron la Foz de Ledea-Ilumberri, y se les vió por los Campos Bajos de Kaseda, y las peñas de Kaparreta y en la cueva de Galipentzu. Hasta algunas personas hemos conocido a alguna Prakagorri, que siempre estará entre nosotros.